Por ser mujeres.
Ser hombre significa saber sin ninguna duda que no serás violado y arrojado a un río por una mujer, por ejemplo.
Yo soy mujer, y no tengo esa certeza. Al igual que no la tiene ninguna mujer. Porque somos mujeres, no hay más.
Nos están matando, y Vox pretende que este grito que aún no se oye lo suficiente se acalle para siempre
https://www.eldiario.es/barbijaputa/vox-barbijaputa-violencia_machista_6_853274674.html
https://www.eldiario.es/focos/violencia_machista/
¿Por qué no son iguales todas las violencias?
La diferencia entre violencia machista y doméstica
La violencia intrafamiliar en la que ahora quieren poner el foco Vox y
PP ya está tipificada en el Código Penal; en ocho años fueron asesinadas
más de 500 mujeres y 67 hombres por sus parejas o exparejas.
La violencia de género es la que se ejerce por "una diferencia subjetiva
entre sexos". Englobarlo junto a la violencia doméstica sería "encubrir
las cifras que ha costado tanto evidenciar", explican desde Themis.
"La doméstica sitúa el problema en el escenario, en lugar de hacerlo en
la construcción de género que da lugar a la violencia contra la mujer
Violencia de género
Qué es (y que no) violencia de género
Entre 2008 y 2016, más de 500 mujeres y 67 hombres fueron asesinados por
sus parejas o exparejas. Hasta que se implantó la Ley de Violencia de
Género en 2004, con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en
España se juzgaba la violencia contra las mujeres por parte de sus
parejas o exparejas bajo el paraguas de la violencia doméstica o
familiar que ahora pretenden recuperar Casado y Abascal.
María Durán
Febrer, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis,
recuerda que lograr esa denominación fue un "caballo de batalla": "En la
violencia doméstica no hay una carga histórica de dominación y creencia
de poder sobre la mujer. Esa es la diferencia".
Qué es (y que no) violencia de género
Sí, hay hombres maltratados por sus esposas, hay conductores/as
maltratados por otros/as conductores (que el tráfico pone de los
nervios); hay ancianos/as maltratados por sus hijos e hijas, padres y
madres maltratados por sus hijos/as adolescentes, hay vecinas que
maltratan a sus vecinos y no digamos ya jefes que maltratan a sus
empleados. Ésta es una sociedad violenta que no educa para resolver los
conflictos pacíficamente. Y todas esas agresiones están castigadas por
el Código Penal.
Y
se podrá discutir si están bastante penadas o hay que aumentar las
penas, pero ésa es otra discusión. Pero toda violencia, por terrible que
sea, no es violencia de género. Violencia de género es aquella
violencia sistémica del patriarcado que permite que los hombres se
sientan legitimados para ejercerla contra las mujeres. Los hombres que
agreden a las mujeres con las que tienen una relación tienen la
convicción, una convicción basada en mecanismos materiales, pero también
simbólicos, de que el sistema les legitima para hacerlo. Y, al mismo
tiempo, ese mismo sistema les hace creer a ellas que son culpables de
atraer sobre sí el castigo.
Es una violencia estructural reforzada por mecanismos difíciles de
desmontar, que llevan siglos con nosotras/os y que están ahí para
sostener la dominación de los hombres sobre las mujeres. Si una mujer no
entiende la diferencia entre la violencia de género y cualquier otro
tipo de violencia, desde luego no puede llamarse feminista porque no
entiende lo básico. No entiende nada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, El País, 15 de junio de 2008 Beatriz Gimeno
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