El amor es histórico, es decir, está condicionado por las épocas y por
las culturas, está especializado por género, lo que quiere decir que
tiene normas y mandatos diferentes para las mujeres y para los hombres y
además, va de la mano del poder. La construcción social del amor, a
través de los agentes de socialización y los mitos románticos, conducen a
procesos de atracción y elección no exentos de asimetrías de poder.
Así, el mito del amor romántico puede convertirse en un serio peligro y
sin embargo, como señala Marcela Lagarde, aún para las personas más
emancipadas, el amor es experimentado a partir de vínculos, prácticas e
ideologías tradicionales, por lo menos durante una parte de la vida,
previa al aprendizaje de la experiencia. La mayoría de las mujeres
tradicionales o modernas sustrae el amor del análisis crítico, no lo
considera sujeto a las relaciones de poder ni determinado
históricamente.La alternativa no es dejar de amar sino amar de otra
manera.
Micromachismos
El término micromachismos fue acuñado a principios de los años 90,
cuando el psicoterapeuta Luis Bonino le puso nombre a las maniobras
cotidianas que los hombres realizan para conservar, reafirmar o
recuperar el dominio sobre sus parejas. Maniobras invisibles pero
dañinas. El término ha vuelto a la actualidad de mano del posmachismo y
ha salido de la esfera personal al detectarse también en los movimientos
sociales y en el ámbito público. Con este curso queremos ofrecer las
herramientas necesarias para detectarlos y atajarlos como
manifestaciones de violencia que son.
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